miércoles, 13 de junio de 2012



ANTES Y DESPUÉS de la restauración de la "INMACULADA" de MURILLO
                                                                                                                                     

¿Creéis que es necesaria la limpieza de la capa pictórica para apreciar la obra de arte?
¿Estáis a favor o en contra?


http://www.museodelprado.es/investigacion/restauraciones/restauracion-de-la-eminmaculada-de-los-venerablesem-de-murillo/

2 comentarios:

  1. Hola Mariola muy chulo e interesante tu blog, te felicito.
    En cuanto a la pregunta yo estoy a favor de la restauración, siempre que se haga correctamente para poder valorar la obra en su estado "original".
    Un saludo, Raúl.

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  2. Hola Mariola, soy Miguel.

    No se muy bien qué es la "capa pictórica", pero , como Raúl, estoy a favor de que se hagan los retoques necesarios para devolver la obra a su estado original, tal como la concibió el autor.

    Según escribo esto me viene a la memoria la polémica que hubo tras la última restauración de la Capilla Sixtina. Antes se veía en el tono oscuro general de los frescos de Miguel Angel un ejemplo de "tenebrismo" y se achacaba a ese tratamiento de la luz una intencionalidad derivada del "alma torturada del artista".
    Después de la restauración, cuando retiraron las sucesivas capas de barniz que habían amarilleado y oscurecido con el tiempo, aparecieron los colores originales de Miguel Angel, luminosos, vivos, algunos casi "fosforito".

    Y las teorías de muchos historiadores del arte durante más de 100 años quedaron en evidencia...

    Hubo quien dijo que esos colores no podían ser de Miguel Angel y que se habían cargado la obra... Cualquier cosa antes que asumir la realidad.

    Con lo que estoy absolutamente en contra es con añadidos posteriores a las obras, basados en gustos de épocas muy lejanas de la que vivió el autor. Esto pasa, lamentablemente mucho en arquitectura (no solo los pedagogos, también los arquitectos, me temo, son vanidosos.)

    Por ejemplo: la remodelación de Moneo de El Prado y Los Jerónimos. Antes de su inefable cubo (por no llamarlo otra cosa) me gustaba pasear de vez en cuando por el claustro de la iglesia. Ahora Moneo ha cubierto el claustro con su cubo, con lo cual ya no es un claustro (un espacio tridimensional delimitado tanto por la arquería como por los juegos de luz a distintas horas del día. Ahora, el resultado de Moneo son unos arcos ciegos adosados a una pared. Se ha perdido la tridimensionalidad y los juegos de luz. Parece una especie de fresco (bidimensional) mal iluminado.

    Patético...

    Saludos.

    Miguel.

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